Naturaleza
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– Felinos
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Costa Rica, situado en América Central, cuenta con una extensión de aproximadamente 51,100 km². Reconocido globalmente por su riqueza natural, el país alberga exuberantes bosques tropicales que cubren más de la mitad de su superficie. Es considerado uno de los lugares con mayor biodiversidad en el planeta, siendo hogar de más de 500,000 especies de flora y fauna.
En la década de 1980, Costa Rica enfrentaba una de las tasas de deforestación más altas del mundo, con menos del 25% de su cubierta forestal original. Sin embargo, a través de políticas innovadoras que promueven el uso sostenible de la tierra, el país logró revertir esta crisis. Hoy, Costa Rica es uno de los pocos países que ha logrado detener la deforestación, preservar su biodiversidad y aumentar la cobertura forestal a más del 50% de su territorio, mientras impulsa el crecimiento económico.

Costa Rica ha sido reconocida con el prestigioso Earthshot Prize de las Naciones Unidas por su destacado compromiso con la protección ambiental y el desarrollo sostenible.

Costa Rica destaca por sus impresionantes bosques tropicales, que abarcan más de la mitad de su territorio. En el país se encuentran diversos tipos de ecosistemas, como los bosques tropicales húmedos, los bosques caducifolios, los bosques costeros tanto del Atlántico como del Pacífico, los enigmáticos bosques nubosos y los vitales manglares.
Las selvas tropicales de Costa Rica destacan como unas de las más ricas en biodiversidad a nivel mundial, albergando una increíble variedad de especies de flora y fauna. Estos ecosistemas se distinguen por su clima cálido y húmedo, con temperaturas promedio de 27°C y lluvias constantes a lo largo del año. Un ejemplo emblemático es el bosque lluvioso del Parque Nacional Tortuguero, ubicado en la provincia de Limón. Este santuario natural es hogar de una densa vegetación y una fascinante fauna, incluyendo aves migratorias y residentes, como tucanes, loros y martines pescadores.

Los bosques caducifolios de Costa Rica predominan en la región del Pacífico. Durante la estación seca, estos ecosistemas pierden sus hojas y destacan por su extraordinaria biodiversidad, albergando una amplia gama de especies de flora y fauna. Los bosques secos de hojas anchas son hogar de imponentes mamíferos y una abundancia de plantas con flores, creando un paisaje único y lleno de vida.
Las costas atlántica y pacífica de Costa Rica son hogar de diversos tipos de bosques que enriquecen su biodiversidad. Los bosques nubosos, ubicados principalmente en la región central, destacan por su clima fresco y húmedo, creando un ambiente único para una amplia variedad de flora y fauna. Por otro lado, los manglares, situados a lo largo de la costa del Pacífico, representan un ecosistema esencial que sirve como refugio para numerosas especies marinas.

La fascinante vida silvestre de Costa Rica es el resultado de la diversidad de ecosistemas presentes en su territorio. El país alberga una amplia gama de hábitats que incluyen bosques tropicales, bosques caducifolios, costas tanto del Atlántico como del Pacífico, bosques nubosos y manglares. Este paraíso natural es hogar de una rica variedad de animales, plantas y hongos que prosperan en sus entornos únicos.
Costa Rica es un verdadero santuario de vida silvestre, gracias a su privilegiada ubicación entre América del Norte y del Sur, su clima neotropical y su diversidad de hábitats. Este pequeño país alberga más de 500,000 especies, representando cerca del 5% de las especies estimadas a nivel mundial, lo que lo posiciona entre los 20 países con mayor biodiversidad del planeta. De este impresionante número, más de 300,000 corresponden a insectos.
Una de las mayores razones de la rica biodiversidad de Costa Rica radica en su papel histórico como puente natural entre América del Norte y América del Sur. Hace entre tres y cinco millones de años, el territorio costarricense, junto con lo que hoy es Panamá, conectó ambos continentes, facilitando así la mezcla única de flora y fauna de estas regiones.
Biodiversidad
Costa Rica es considerada el país con la mayor densidad de biodiversidad del mundo. Aunque ocupa apenas una trigésima parte de la superficie terrestre, alberga cerca del 4% de todas las especies conocidas en el planeta. Muchas de estas especies son endémicas, es decir, únicas de este territorio y no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Entre ellas se destacan ranas, serpientes, lagartijas, pinzones, colibríes, roedores, ratones, cíclidos y gobios, entre otros fascinantes ejemplares.

Costa Rica alberga tres Sitios de Patrimonio Mundial de la UNESCO, todos ellos reconocidos por su extraordinaria riqueza natural:
• Reserva Sierra de Talamanca – La Amistad / Parque Internacional de la Amistad (declarado en 1983)
• Parque Nacional Isla del Coco (declarado en 1997)
• El Área de Conservación de Guanacaste (declarada en 1999).
La impresionante biodiversidad de Costa Rica se debe a la amplia variedad de ecosistemas que alberga. En sus 50,000 kilómetros cuadrados de territorio se encuentran bosques tropicales húmedos, bosques caducifolios, costas tanto en el Atlántico como en el Pacífico, bosques nubosos y manglares. El país cuenta con doce zonas climáticas distintas, lo que crea una riqueza de hábitats que sustentan una gran diversidad de especies.
Beneficios para la humanidad
Costa Rica se posiciona como un modelo de conservación de biodiversidad para los países en desarrollo. Más del 27% de su territorio está protegido bajo categorías como parques nacionales, refugios de vida silvestre y reservas forestales. El gobierno costarricense desempeña un papel clave en la defensa de la biodiversidad, reconociendo los valiosos servicios ecológicos que esta ofrece. Una de sus iniciativas más destacadas es la implementación de un impuesto del 5% sobre la gasolina, cuyos ingresos se destinan a compensar a los propietarios de tierras que optan por preservar sus terrenos en lugar de talarlos, fomentando la creación de plantaciones de árboles. Este enfoque brinda a los costarricenses, conocidos como “ticos,” un incentivo para dedicarse a la agroforestería en lugar de la ganadería. Este sistema no solo genera beneficios económicos, sino que también provee hábitats para la vida silvestre, permitiendo que la biodiversidad persista en áreas utilizadas por el ser humano.
La rica biodiversidad de Costa Rica es fundamental para los innumerables servicios ecológicos que ofrece el entorno natural. Cada componente del ecosistema, desde la variada flora hasta la diversidad de fauna, desempeña un papel esencial en procesos como la purificación del agua, el suministro de alimentos, la producción de combustible y fibras, el desarrollo de productos bioquímicos, el ciclo de nutrientes, la polinización, la dispersión de semillas y la regulación climática, entre otros. Una mayor diversidad de especies fortalece y amplifica la capacidad de estos servicios naturales.
La biodiversidad desempeña un papel clave en la economía de Costa Rica, impulsando el crecimiento del ecoturismo, una industria que genera 1.920 millones de dólares anuales en ingresos. Este tipo de turismo, enfocado en entornos naturales exóticos y frecuentemente amenazados, promueve la conservación y la observación de la vida silvestre. La riqueza natural del país lo posiciona como un destino ideal para los amantes de la naturaleza, siendo este el principal motivo de visita para el 39% de los turistas. Además, el éxito del ecoturismo incentiva a las empresas a proteger y preservar los recursos naturales, fomentando un modelo sostenible en lugar de uno basado en su explotación.
Amenazas a la biodiversidad
Las amenazas a la biodiversidad de Costa Rica incluyen una población humana en rápido crecimiento, el desarrollo costero para la industria del turismo y prácticas agrícolas dañinas que contribuyen a la contaminación y la degradación ambiental. La práctica que mayor preocupación genera al medio ambiente en Costa Rica es la deforestación. Costa Rica tiene la cuarta tasa de deforestación más alta del mundo. Casi el 4% de las tierras forestales actuales se talan cada año. La tala de tierras para la ganadería es la causa más común de deforestación. Esta forma de daño ambiental, junto con el cultivo de monocultivos, da lugar a zonas donde sólo hay unas pocas especies de plantas. En última instancia, la disminución de la diversidad vegetal conduce a una disminución de la diversidad animal.
Insectos
Mariposas y polillas
Las principales amenazas a la biodiversidad en Costa Rica incluyen el acelerado crecimiento poblacional, el desarrollo costero asociado al turismo y las prácticas agrícolas insostenibles, que provocan contaminación y degradación ambiental. Entre estos desafíos, la deforestación se posiciona como la amenaza más crítica. El país enfrenta una de las tasas de deforestación más elevadas a nivel global, perdiendo aproximadamente un 4% de sus bosques anualmente. La principal causa de esta problemática es la conversión de tierras forestales para actividades ganaderas. Asimismo, la expansión de monocultivos agrava la situación al generar áreas dominadas por pocas especies vegetales, lo que reduce significativamente la variedad de plantas y afecta directamente la diversidad de especies animales, comprometiendo la salud de los ecosistemas nacionales.
Las mariposas y polillas de Costa Rica han desarrollado adaptaciones fascinantes a su entorno. Un ejemplo notable son las orugas de cola de golondrina, que imitan excrementos de aves para evitar ser detectadas, mientras que otras lucen colores vibrantes que advierten a los depredadores sobre sus toxinas.
En Costa Rica, lo que a simple vista podría parecer una mariposa, una avispa o incluso una hoja, en realidad podría tratarse de una polilla que utiliza el mimetismo mülleriano o batesiano.
El ecoturismo representa uno de los pilares económicos más importantes de Costa Rica, y las mariposas desempeñan un papel esencial en este ámbito. Su presencia llena de vida los bosques tropicales, no solo a través de su deslumbrante variedad de colores, sino también gracias a su labor en la polinización, que realza la belleza y abundancia de las flores.
Algunas mariposas y polillas comunes en Costa Rica incluyen:









Algunos insectos destacados en Costa Rica incluyen las abejas sin aguijón (Melipona g.) y las abejas sudoríparas, como Lasioglossum figueresi y Lasioglossum aeneiventre. También se encuentran las hormigas cortadoras de hojas (Atta g. y Acromyrmex g.), las hormigas legionarias y una gran variedad de insectos ortópteros, como saltamontes y grillos (familia Tettigoniidae – Ensifera).
Escarabajo Hércules (Dynastes hercules)
Otros invertebrados
En Costa Rica, la mayoría de la fauna está compuesta por especies de invertebrados. De las cerca de 500,000 especies identificadas, alrededor de 493,000 corresponden a este grupo, incluyendo arañas y cangrejos. Miles de insectos e invertebrados microscópicos habitan diversos tipos de terreno y altitudes, aunque en su mayoría suelen pasar inadvertidos o permanecen sin ser identificados.
Costa Rica alberga 183 especies y subespecies identificadas de gasterópodos terrestres, además de una gran diversidad de gasterópodos y bivalvos de agua dulce.
Anfibios

Rana de ojos rojos (Agalychnis callidryas)
Costa Rica cuenta con aproximadamente 175 especies de anfibios, de las cuales el 85% son ranas. Entre estas, se encuentran 35 especies del género Elutherodactylus, 26 del género Hyla, varias especies de la familia Dendrobatidae y 13 especies de ranas de cristal pertenecientes a la familia Centrolenidae.
En Costa Rica destacan otras especies de sapos, como las diez variedades del género Bufo g. y el imponente sapo gigante (Rhinella marina). Este último es famoso por su voraz apetito y su capacidad para alimentarse de casi cualquier cosa, incluyendo vegetales, hormigas, arañas, sapos más pequeños, ratones y otros pequeños mamíferos.
Costa Rica alberga una impresionante diversidad de anfibios, incluyendo cerca de 40 especies de salamandras de la familia Plethodontidae y dos especies de Cecilians sp.. Entre las ranas destacan extremos de tamaño, desde el diminuto Silverstoneia flotator, propio de la selva tropical y con apenas 1.5 cm de longitud, hasta el imponente Leptodactylus pentadactylus, que puede llegar a medir hasta 18 cm.
Costa Rica alberga representantes de los tres órdenes de anfibios: Apoda (cecilias), Urodela (salamandras y tritones) y Anura (ranas y sapos). La degradación ambiental, junto con la alta sensibilidad de los anfibios a la contaminación, ha provocado una notable disminución e incluso la extinción de varias especies en el país. La Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde es un refugio vital para numerosas especies del orden Anura. No obstante, desde 1987, se estima que el 40% de las especies de ranas y sapos que habitaban esta reserva, alrededor de veinte, han desaparecido.

Desde 1989, el sapo dorado de las tierras altas (Bufo periglenes) no ha vuelto a ser avistado en su limitado hábitat de las montañas centrales de Costa Rica. En apenas un año, su población juvenil en el principal sitio de reproducción cayó drásticamente de más de 1.500 ejemplares a tan solo uno. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo clasificó como especie en peligro crítico, aunque la falta de avistamientos en más de 20 años sugiere que podría estar extinto.
Las posibles razones detrás de la inminente desaparición de los sapos abarcan una combinación de factores como los intensos patrones climáticos de El Niño, que han provocado sequías, el aumento de la contaminación ambiental, el cambio climático y la propagación de un hongo invasor.
Los anfibios en Costa Rica han desarrollado notables adaptaciones para garantizar su supervivencia. Algunas especies de ranas, como la rana común, han aprendido a depositar sus huevos en aguas libres de peces depredadores. En ciertos casos, esto implica colocar los huevos en pequeños charcos formados entre las hojas y luego trasladarlos a bromelias. Por otro lado, algunas especies han evolucionado hacia el desarrollo directo, un proceso en el que la rana se forma completamente dentro del huevo, eliminando la etapa de renacuajo. Esto reduce significativamente su vulnerabilidad ante los depredadores, permitiendo que la rana nazca como una pequeña versión adulta, mejor preparada para enfrentar los desafíos de su entorno.
Reptiles

Víbora de pestañas ( Bothriechis schlegelii )
Costa Rica alberga alrededor de 225 especies de reptiles, entre ellas más de 70 variedades de lagartos, destacando las pequeñas anolis que predominan en los bosques. Entre los lagartos más comunes se encuentran el basilisco rayado, la iguana negra y la iguana verde, siendo estos algunos de los reptiles más visibles en el territorio costarricense.
En el país habitan aproximadamente 120 especies de serpientes, entre ellas 5 imponentes boas y una gran diversidad de cúlbridos inofensivos.
Boa constrictor imperator, fotografiada en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca Manzanillo


Existen aproximadamente 20 especies de serpientes venenosas, incluyendo la serpiente de coral macho (Micrurus nigrocinctus), crótalos como el cascabel (Crotalus simus) y diversas víboras como la víbora de pestañas (Bothriechis schlegelii) o el terciopelo (Bothrops asper). También destacan dos imponentes serpientes conocidas como matabueyes, entre ellas el crótalo mudo o matabuey (Lachesis stenophrys).
Las serpientes venenosas de Costa Rica pueden ser admiradas de manera segura, siempre y cuando se respete una distancia adecuada.

En Costa Rica, cinco de las siete especies de tortugas marinas del mundo eligen sus playas para anidar. Además, el país alberga dos tipos de cocodrilos: el caimán de anteojos, ampliamente distribuido, y el imponente cocodrilo americano, que puede llegar a ser peligroso. La diversidad de reptiles en el territorio costarricense abarca desde la diminuta serpiente ciempiés de Hallowell, del género Tantilla, que mide apenas 15 cm (6 pulgadas), hasta la gigantesca tortuga laúd (Dermochelys coriacea), que puede alcanzar un peso de 500 kg (1100 libras) y medir hasta 150 cm (60 pulgadas).
Mamiferos



Costa Rica alberga cerca de 250 especies de mamíferos, destacándose especialmente los mamíferos forestales de tamaño mediano como parte de su valiosa biodiversidad. Entre ellos se encuentran cuatro especies de monos, incluyendo el enérgico capuchino de cabeza blanca (Cebus capucinus) y el estridente aullador de manto (Alouatta palliata). También están presentes dos especies de perezosos, el adaptable coatí de nariz blanca y el ágil depredador conocido como tayra.
Los murciélagos constituyen más de la mitad de las especies de mamíferos del país y superan en número a los roedores por un amplio margen, duplicándolos en cantidad. Estas fascinantes criaturas se han adaptado a una variedad de estrategias y fuentes de alimentación, que incluyen néctar, peces, insectos e incluso sangre, como en el caso de los famosos murciélagos vampiros. Entre las especies más destacadas se encuentran el diminuto murciélago blanco y el majestuoso murciélago espectral, también conocido como falso vampiro, el murciélago más grande del Nuevo Mundo.


La presencia de fauna de gran tamaño, como el tapir, el jaguar y el venado, es rara debido a su naturaleza esquiva y su dependencia de hábitats intactos, los cuales se encuentran actualmente fragmentados.
Los mamíferos de Costa Rica presentan una amplia diversidad de tamaños, que va desde el diminuto murciélago Furipterus horrens, con apenas 3 gramos, hasta el imponente tapir de Baird, que puede alcanzar los 250 kilogramos.



Los osos hormigueros habitan de manera común en las llanuras y zonas de altitud media a lo largo de Costa Rica. Entre las tres especies presentes en el país, el más frecuentemente observado es el Tamandua mexicana. Por otro lado, el majestuoso oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla) se encuentra en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat. La tercera especie, el diminuto y singular oso hormiguero sedoso (Cyclopes didactylus), también forma parte de la biodiversidad costarricense.

El manatí del Caribe (Trichechus manatus Linnaeus, 1758) es un mamífero marino perteneciente a la familia Trichechidae. Esta especie reside en las aguas de las costas atlánticas de América Central y se encuentra catalogada como «vulnerable» por la UICN.
Felinos (gatos salvajes)
Costa Rica es hogar de diversos felinos, entre los que destacan: jaguares, ocelotes, margays, pumas, jaguarundíes y tigrillos (gatos manchados).





Los grandes felinos de Costa Rica, como el margay, suelen ser nocturnos o permanecen ocultos en los árboles de la selva tropical. Los ocelotes, por su parte, prefieren cazar en el suelo durante la noche y rara vez suben a los árboles. Su dieta incluye aves, monos, roedores y otros animales pequeños. El tigrillo, el felino salvaje más pequeño de la región, tiene un tamaño similar al de un gato doméstico y habita en los bosques nubosos hasta los 3200 metros de altitud. El jaguarundi, con su cuerpo estilizado y pelaje gris liso, tiene un aspecto que recuerda a una mezcla entre comadreja y gato. Este felino caza tanto de día como de noche y se ha adaptado notablemente a los cambios provocados por los humanos. El margay, en cambio, pasa la mayor parte de su vida en las alturas de los árboles. Finalmente, el puma, el segundo felino más grande de América Central, se distingue por su pelaje marrón uniforme y su capacidad para adaptarse a diversos hábitats.

El jaguar (Panthera onca), el felino más imponente de Costa Rica, puede alcanzar una longitud de hasta 2 metros. Sin embargo, su presencia en el país es cada vez más limitada, y su población continúa disminuyendo de manera alarmante.
Pájaros

Yigüirro (Turdus grayi): El Ave Nacional de Costa Rica
Costa Rica, incluyendo la isla del Coco, alberga 941 especies de aves, superando el número registrado en Estados Unidos y Canadá combinados. De estas, más de 600 son residentes permanentes, mientras que más de 200 son migratorias, pasando una parte del año fuera del territorio costarricense, principalmente en América del Norte.
Siete especies de aves en Costa Rica son endémicas, mientras que 19 enfrentan amenazas a nivel global. La diversidad aviar del país abarca desde el diminuto y vibrante colibrí, que pesa apenas 2,2 gramos y mide 6 cm (2,4 pulgadas), hasta el imponente jabirú (Jabiru mycteria), que alcanza un peso de 6,5 kg (14,5 libras) y una altura de 150 cm (59 pulgadas).
Los guacamayos escarlata (Ara macao)
Soy una especie emblemática de Costa Rica. A diferencia de muchas aves, los guacamayos establecen vínculos monógamos y se mantienen juntos de por vida. Ambos miembros de la pareja participan activamente en el cuidado y la crianza de sus crías, que permanecen con ellos hasta los dos años, cuando finalmente aprenden a volar. Sin embargo, enfrentan amenazas significativas, como su alta demanda en el comercio de mascotas.


Il magnifico quetzal (Pharomachrus mocinno costaricensis), un trogon dal piumaggio straordinario, è presente anche in alcune aree del Costa Rica. Le sue lunghe piume della coda, di colore grigio e nero, possono raggiungere fino a un metro di lunghezza, rappresentando una delle sue caratteristiche più iconiche. Questo splendido uccello vive nelle foreste nebulose, dove è più attivo nella chioma degli alberi. Lo si può osservare in diversi parchi e riserve del Costa Rica, tra cui la foresta nebbiosa di Monteverde, la riserva di Santa Elena, il parco nazionale Braulio Carrillo, il parco nazionale del vulcano Poás, il parco nazionale Chirripó e il parco nazionale Juan Castro Blanco. La dieta del quetzal comprende frutti, insetti, piccole rane, lucertole e lumache, e i suoi richiami risuonano con un’eco inconfondibile. Purtroppo, questa specie è a rischio a causa della massiccia distruzione del suo habitat naturale nelle foreste pluviali dell’America Centrale.
Le diverse specie di colibrì mostrano un’evoluzione sorprendente nella forma e nelle dimensioni dei loro becchi, perfettamente adattati alle esigenze alimentari. Alcune hanno becchi altamente specializzati che permettono loro di nutrirsi esclusivamente dai fiori di determinate piante. Questa relazione mutualistica garantisce vantaggi reciproci: i colibrì ottengono il nettare necessario per il loro sostentamento, mentre trasferiscono il polline, assicurando l’impollinazione tra gli individui della stessa specie vegetale. Questo adattamento specifico contribuisce a mantenere l’equilibrio ecologico, favorendo l’impollinazione mirata e la riproduzione delle piante.
El colibrí de los manglares (Amazilia boucardi), una especie exclusiva de Costa Rica, destaca por la forma particular de su pico, adaptado para consumir el néctar de las flores del mangle del té (Pelliciera rhizophorae).

Tratto da Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Wildlife_of_Costa_Rica